martes, 15 de abril de 2008

Carthago Nova






La semana pasada acudimos, este año como novedad, a Cartagena para ver una representación teatral y conocer la ciudad de primera mano. La verdad, habría preferido Sagunto, pero bueno, al tener tan pocos alumnos, estábamos a espensas de otros y así nos fue...


En resumen, la excursión surrealista tuvo de todo. El autobús llegó dos horas tarde, nuestro guía del museo arqueológico dejaba bastante que desear y encima, tras la calima horrorosa llegó el nubarrón y estropeó la representación de Acarnienses. Lo mejor de todo fue la acusación del conductor de que le habíamos robado la cartera, su posterior perdón excusándose en que se había separado de su mujer y no veía a sus hijos, todo con derecho a conducir hablando por el móvil 100 km. (lo que hay de Cartagena a Monforte) y hacer una parada en Crevillente de casi media hora, a punto de llegar a casa.


Pero la compañía siempre es grata, y Cartagena es una ciudad preciosa. Aquí os dejo las fotos más interesantes y la guía didáctica que elaboré.

http://www.megaupload.com/es/?d=5G52A18R

martes, 1 de abril de 2008

Στην Ελλάδα


Hoy, a pesar de ser el primer día de trabajo, mi pensamiento y mi sonrisa estaba todavía en Grecia. A pesar del poco tiempo del viaje (apenas 4 días) he disfrutado de un país maravilloso, por su belleza, por su historia, por su color de mar, por su gente y por su lengua.

Una pena que el Acrópolis estuviese llena de andamios y que incluso taparan el templo de Atenea Nike. También que el nuevo museo estuviese aún en preparación (aunque sí tenía una sala didáctica para niños donde arramplé con 20 folletos didácticos sobre la vida cotidiana en la Grecia Antigua).

Aún así, un atardecer en el Cabo Sunio, bajo la atenta mirada del templo de Poseidón y el recuerdo de un Egeo triste que sintió la errónea pérdida de su hijo Teseo, supera toda posible decepción en un viaje de tales características.

Lo novedoso sin duda fue descubrir Égina, una isla a hora y media de Atenas con un aroma y una calidez especial. Perderse por sus calles ha sido una aventura para nunca olvidar.

Mientras saboreo aún entre mis labios un τυρόπιτα exquisito, vuelvo nuevamente a mi habitación silenciosa, llena de fotos de Grecia, para que quitando poco a poco la melancolía piense en Meteora y Turquía, nuevas rutas para el futuro.