lunes, 19 de mayo de 2008

Fin de Latín II y Griego II

Mañana será nuestra última clase de Latín y también nuestra última clase de Griego. El examen final se acerca, aunque practicamente todo está decidido. Salga como salga, os deseo todo lo mejor, tanto en el final de curso, selectividad como en años venideros y en la vida en general.

Han sido horas de trabajo intenso durante todo el año, a veces mezcladas con cabreos por mi parte y falta de trabajo y ganas por la vuestra, otras con caras de atención y sorpresa o curiosidad, y otras de felicidad por haber conseguido entender un pasaje de César o Lisias.

En Latín duro ha sido el camino por el que nos ha llevado César. Sus visitas y salidas del campamento nos han aburrido a veces, otros pasajes nos han descubierto qué costumbres tenían los galos o los germanos. La literatura ha sido un quebradero de cabeza para algunos, un olvido para otros, y una salvación para los demás, un apartado marcado por la consciencia de que es mejor estudiar literatura leyendo un poema de Catulo, una obra de Plauto o un pasaje de Tito Livio, que memorizar fechas, nombres y obras. Lo mejor, la modificación preverbial, con las 1000 palabras inventadas por todos, que nunca tenían que ver con el verbo latino.

Más en familia hemos estado los cuatro en Griego, averiguando los entresijos de esa historia contada por Lisias, una mujer infiel, un marido vengativo que mata al amante, una abuela chivata y 50 capítulos interminables. Estoy orgullosísimo de vosotros, de la paciencia que habéis mostrado día a día, del sopor que sufrísteis con los pocos capítulos que hicimos de Jenofonte. Sé que os encanta memorizar esas 50 palabras que día a día he dicho en clase. Qué decir de los optativos, oraciones de infinitivos, participios apositivos, atributivos, condicionales, consecutivas, finales con subjuntivo, explicativas, etc., o de los doce impresionantes temas de cultura, donde confundíais el tema de las mujeres con las Panateneas o los Misterios de Eleusis con los dioses olímpicos, y por supuesto las Guerras Médicas y la Guerra del Peloponeso.

Espero que vuestra conclusión de la(s) asignatura(s) sea positiva, que hayáis aprendido algo, o mucho, o poco, que el latín no está muerto sino que pervive en nuestra lengua y nuestros corazones, que el griego es síntoma de cultura, con esas grandes etimologías y sobretodo que hay más palabras, a parte de ginecólogo y gineceo, que derivan de γυνη.

Mucha suerte
Javi